Han pasado treinta y tres años y transcurrirán muchos más; se develarán secretos y se desconocerán otros , pero cada 28 de Mayo la memoria de nuestra sociedad tiene un lugar imperecedero para recordar el momento en que dos hijos de Hernando se inmolaron por la patria. Desde aquel, lamentablemente aciago, 1982 hasta este tiempo se sucedieron todo tipo de comentarios, opiniones, polémicas y controversias sobre la guerra de Malvinas. Donde no existen posiciones encontradas es a la hora de reconocer el sacrificio y la entrega de todos y cada uno de los protagonistas de la gesta; más aún de aquellos que quedaron para siempre custodiando, desde el corazón de la tierra, ese pedazo de suelo irredento y usurpado popr el imperio colonial. En este dÃa, los nombres de Horacio Giraudo y Fabricio Carrascull afloran con mayor respeto en la oración y con profundo reconocimiento en el recuerdo,por ser parte de los 649 mártires que Argentina ofrendó en defensa de su territorio. En sus nombres está impreso el valor de los jóvenes y la dignidad de los hombres. El tiempo todo lo puede, pero estas herida no se curan, se disimulan.