Como todos los años, desde hace treinta y dos abriles, los argentinos tenemos un compromiso con la historia.
Llegado ese dÃa, las plazas o meros lugares de reunión se inundan de una catarata de patriostismo, apoyando a quienes volvieron de esa gesta del 82 y recordando a los que se quedaron custodiando la soberanÃa desde el mismo corazón del archipiélago.
A través de las palabras de los protagonistas, de sus familiares, de la autoridades de turno o cualquier ciudadano común, se expresan los sentimientos generados por Malvinas.
Seguramente quienes tuvieron el poco agradable privilegio de estar en la «lÃnea de fuego», sentirán en su interior una série de sensaciones inexplicables para los que sólo vivimos todo «desde afuera».
Lo importante es que cada año se va incrementando el número de participantes a estos actos, lo que demuestra que paulatinamente nos vamos dando cuenta que lo que conmemoramos no es un evento artÃstico ni deportivo sino, nada más ni nada menos que una guerra, con todas las implicancias que ella tiene para una sociedad; desde muertos y heridos hasta » vÃctimas psÃquicas», productos de la contienda bélica.
Nuestra ciudad, una vez más dió muestras de solidaridad con los que regresaron, y siempre tiene el recuerdo encendido para Horacio y Fabricio. Nuestros propios héroes.
Ojalá que cada vez seamos más los que estamos presentes..!