Con la llegada del invierno y las olas de frío, es muy importante ventilar los espacios para permitir la entrada de aire y prevenir la intoxicación por monóxido de carbono.
El monóxido de carbono (CO) constituye una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en nuestro país como en el mundo. El CO es un gas tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. A su alta toxicidad, se suma la peligrosidad de pasar desapercibido, al ser inodoro, incoloro y no irritar las mucosas, no anunciando su letal presencia a las inadvertidas personas expuestas.
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